El Castillo de Neuschwanstein: la idea de un rey no tan loco

El Castillo de Neuschwanstein es una de los castillos más visitados de Alemania y una de las construcciones más populares de Europa, tanto por su estética de castillo medieval de cuento de hadas, como por la turbia historia que rodea su construcción. Un auténtico negocio medieval que recibe al año más de 1,3 millones de personas y aparece en mil millones de tarjetas postales.

Cerca de la ciudad de Füssen, al suroeste de Baviera, se encuentra este palacio neorrománico del siglo XIX, construido por Luis II de Baviera como homenaje a Richard Wagner. El Castillo de Neuschwanstein domina el valle Hohenschwangau, desde la colina donde se ubica en los alpes de Baviera.

Ludwig invirtió su fortuna personal en este castillo y dilapidó los fondos públicos bávaros. De hecho se podría decir que se dejó la vida en ello, literalmente, pues murió en extrañas circunstancias 5 años antes de que la monumental obra estuviera finalizada.

Neuschwanstein, un castillo de cuento

A pesar de tener poco más de un siglo de antigüedad, la gran cantidad de torretas, picos y ventanales dobles con vistas a prados lejanos hacen de Neuschwanstein la viva imagen de un castillo de la Edad Media.

Sin embargo, pese a su estética medieval de cuento de hadas, el Castillo de Neuschwanstein fue construido en una época en la que los castillos ya no tenían fines estratégicos o de defensa. Fue la pasión del rey Ludwig por los castillos medievales y las obras de Wagner, lo que dio forma a este castillo más propio de un cuento, que de la arquitectura de la época. Tanto es así que hasta Walt Disney se inspiró en él para dar forma al palacio de “la Bella y la Bestia”.

Neuschwanstein significa literalmente “el nuevo castillo de los cisnes”, haciendo referencia al “Caballero de los Cisnes”, uno de los personajes de Richard Wagner. De hecho, muchas de las habitaciones interiores del castillo están inspiradas en personajes del famoso compositor, especialmente el último piso, conocido como The Singer’s Hall, el cual contiene personajes de las óperas de Wagner.

El castillo del rey loco

El excéntrico rey Luis II de Baviera o “Ludwig, el rey loco“, como se le conoceLuis II de Baviera coloquialmente, era un hombre alto y bien parecido cuando accedió al trono de Baviera en 1984, a los 18 años de edad. No era seguidor de la vida política y luchaba constantemente por reconciliar la intensa fe católica con su creciente atracción hacia los hombres. La solución a sus problemas fue aislarse de la sociedad y refugiarse en el mundo de los libros, la poesía y la música, mayormente la de las óperas wagnerianas, de cuyo autor se consideraba amigo personal.

Así pues mientras que la monarquía tocaba a su fin en Alemania, Ludwing se refugió en los recuerdos de una época más gloriosa, donde caballeros medievales ajustaban cuentas para seducir a sus princesas. Fruto de esta obsesión, que le valió el apodo de “rey loco”, nacieron numerosos castillos como LinderhofHerrenchiemsee y el propio Castillo de Neuschwanstein, también conocido como “el castillo del rey loco“. Construcciones que han llevado millones de visitantes a Alemania, pero que en su día generaron una gran controversia por el dinero que se invirtió en ellas, llegando a dejar arruinado al propio rey, que incluso llegó a dilapidar los fondos públicos de Baviera.

Tal era la obsesión de Ludwig que acabó pagando con su propia vida, pues una mañana de Junio de 1886, fue detenido en el propio Castillo de Neuschwanstein por una delegación estatal dirigida por Von Gudden, un psiquiatra que lo declaró mentalmente enfermo. De esta forma se lo llevaron bajo arresto domiciliario  a las orillas del lago Starnberg, lugar donde a la mañana siguiente fue hallado en aguas poco profundas, estaba ahogado, y lo más curioso es que el cuerpo sin vida del psiquiatra fue encontrado junto al suyo.

Pese a que la versión oficial fue que el rey había muerto ahogado en el lago tras asesinar al propio Gudden, todo apunta a una más que probable conspiración por parte de otros miembros de la familia real hambrientos de poder, avergonzados por las crecientes deudas de Ludwig y su supuesta homosexualidad.

El castillo se abrió al público (previo pago) inmediatamente después de la muerte del monarca, pero la construcción no llegó a culminar hasta 1892. Desde entonces Neuschwanstein ha recibido más de 60 millones de visitas y ha aparecido en numerosas películas, así que tal vez el rey no estaba tan loco.

Cómo llegar al Castillo de Neuschwanstein

El castillo de Neuschwanstein se encuentra situado en las proximidades de Schwangau y Füssen en Allgäu. El recorrido al castillo comienza en Hohenschwangau, un pequeño pueblo de montaña donde se puede aparcar si optamos por ir en coche.

Las entradas se pueden comprar al pie del castillo o en la propia web de Hohenschwangau, si bien las reservas online solo se pueden hacer 2 días antes de la visita.

En coche

Toma la autopista A7 en dirección Ulm-Kempten-Füssen hasta el final. Una vez en Füssen toma la B17 rumbo Schwangau y sigue las indicaciones hacia Hohenschwangau.

También puedes abandonar la A7 en la salida de Kempten y después enlazar con la B12 rumbo Marktoberdorf. A continuación sigue la B16 dirección Roßhaupte y toma la carretera B17 a Schwangau y Hohenschwangau.

En transporte público

Toma el tren a Füssen y luego el autobús RVA/OVG 73 dirección Steingaden/Garmisch-Partenkirchen o el RVA/OVG 78 rumbo Schwangau que te llevará a la parada de Hohenschwangau / Alpseestraße.

Para obtener informacion sobre los autobuses locales puedes acceder a www.rvo-bus.de y para conocer los trayectos de tren en Alemania puedes dirigirte a www.bahn.com.

Subir al castillo desde Hohenschwangau

Las opciones una vez que nos encontramos en Hohenschwangau son:

  • Ir a pie durante unos 30 o 40 minutos hasta la entrada del castillo, un camino de unos 1,5 km cuesta arriba.
  • Con carruaje de caballos desde el Hotel Müller, la opción más romántica pero tambien la más cara (unos 6 € la subida y 3 € la bajada).
  • O en autobús desde Schlosshotel Lisl, la opcion economica (unos 2,60 €), eso si, no pueden llegar hasta la misma entrada, así que tocará caminar unos 600 metros, no aptos para personas con movilidad reducida, hasta la puerta del castillo.

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