Caño Cristales está ubicado en Colombia, concretamente en la sierra de la Macarena, en un municipio que tiene el mismo nombre. El pueblo de la Macarena se encuentra situado en la parte más meridional del Meta y es muy conocido por ser el punto de partida para los que quieren visitar este río.
Las plantas acuáticas que habitan el río, en consonancia con los colores de las rocas, hacen de caño cristales un mosaico de colores digno de admirar. De hecho se le conoce como el río de los 5 colores: rojo, verde, amarillo, azul y negro principalmente. Los lugareños también se refieren a el como el arcoiris líquido o el río más hermoso del mundo y es que dada su asombrosa belleza no es para menos.
Con menos de 100 kilómetros de longitud y no más de 20 metros de ancho, Caño Cristales no llega a la categoría de río propiamente dicho pues en la selva este término se reserva a grandes ríos como el Amazonas o el Putumayo, si bien es considerado uno de los caños más hermosos del mundo. La sucesión de rápidos, pozas y cascadas nace en la meseta sur de la sierra de la Macarena y tras un hermoso recorrido por una zona escarpada, donde se ubican numerosas pinturas rupestres, desemboca en el río Guayabero.
Biodiversidad y clima
La sierra que rodea a Caño Cristales es una selva húmeda hogar de numerosas especies animales y vegetales, como pumas, venados, osos hormigueros o jaguares. En concreto se estima que cuenta con 1200 especies de insectos, 550 especies de aves, 100 especies de reptiles, 50 de orquídeas, 8 de monos y otras cuantas miles aún por identificar.
En cuanto a las temperaturas, la serranía de la Macarena cuenta con un clima bastante cálido debido a su proximidad al ecuador, con unas máximas que rondan los 32º – 34º y unas mínimas que alcanzan los 22º – 24º.
Son las flores de la Macarenia clavigera las que confieren al río su impresionante tonalidad, por lo que es preciso visitarlo en los meses de Julio a Octubre cuando esta planta florece. También es posible encontrar la explosión de colores durante el mes de Noviembre, aunque es mejor no tentar a la suerte, ya que seria una lastima hacer el viaje para no ver el río cargado de color.